29 septiembre, 2008

La historia de las cosas


Video que en tan sólo 20 minutos explica nuestro sistema actual de producción y consumo.
Todo lo que se dice está documentado AQUÍ.
Web oficial: HistoryOfStuff.com

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16 septiembre, 2008

Me avergüenzo de mis representantes políticos

"Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.

Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte. Muchas gracias". Gervasio Sánchez - Discurso al recoger el Premio Ortega y Gasset 2008 (07/05/2008)

Ningún medio de comunicación comercial quiso publicar este discurso (ver), sólo gracias a los medios de comunicación sociales ha salido a la luz en Internet. Los medios de comunicación comerciales son la propaganda de un modelo de realidad que mantiene los intereses de los poderosos y que acepta las injusticias como parte de él. Discursos así deberían ser leídos hasta en las escuelas.


NO A LAS ARMAS, NO A LA GUERRA.

"Cada víctima de la guerra tiene derecho a contar su drama. Todo el mundo tiene la obligación de escuchar su historia" Gervasio Sánchez

Videos en youtube sobre Gervasio Sánchez.

Foto: 'Sofía y Alia', foto con la que Gervasio Sánchez ganó el Premio Ortega y Gasset de Fotografía 2008.

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15 septiembre, 2008

¿Cómo hacer a una nación más violenta?












































Fuente: cervantesvirtual.com

Curioso este artículo (Una nación vegetariana) escrito el 14 de Junio de 1922 por Carlos Esplá en el diario "El Pueblo". Me me ha llamado mucho la atención la relación que el artículo hace entre las palabras raza, león y carne para intentar aumentar los beneficios de la industria de la carne, una industria que está basada en matar a otros animales por un criterio tan arbitrario como lo son la raza, el sexo, o la nacionalidad: la especie. Cuando un pueblo vive matando diariamente a otros seres sintientes las guerras dejan ya de ser una utopía pues la violencia se ha instaurado en lo más profundo de los corazones.

Gracias a la aportación de 'ratonecilla' añado otro artículo (Los toros mueren poco a poco) escrito el 6 de Julio de 1922 por el mismo autor
y relacionado con el mismo tema: la violencia como base de una sociedad.

Argumento: "No se puede estar sano sin comer carne."
Respuesta vegana

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11 septiembre, 2008

¿Por qué se extiende la desigualdad entre los hombres?

"...aunque no intervenga el gobierno, la desigualdad de consideración y de autoridad es inevitable entre particulares tan pronto como, reunidos en una sociedad, se ven forzados a compararse entre sí y a tener en cuenta las diferencias que encuentran en el trato continuo y recíproco. Estas diferencias son de varias clases; pero como, en general, la riqueza, la nobleza, el rango, el poderío o el mérito personal son las distinciones principales por las cuales se mide a los hombres en la sociedad, probaría que la armonía o el choque de estas fuerzas diversas constituyen la indicación más segura de un Estado bien o mal constituido; haría ver que entre estas cuatro clases de desigualdad, como las cualidades personales son el origen de todas las demás, la riqueza es la última y a la cual se reducen al cabo las otras, porque, como es la más inmediatamente útil al bienestar y la más fácil de comunicar, de ella se sirven holgadamente los hombres para comprar las restantes, observación que permite juzgar con bastante exactitud en qué medida se ha apartado cada pueblo de su constitución primitiva y el camino que ha recorrido hacia el extremo límite de la corrupción. Señalaría de qué manera ese deseo universal de reputación, de honores y prerrogativas que a todos nos devora, ejercita y contrasta los talentos y las fuerzas, cómo excita y multiplica las pasiones y cómo al convertir a todos los hombres en concurrentes, rivales o, mejor, enemigos, origina a diario desgracias, triunfos y catástrofes de toda especie haciendo correr la misma pista a tantos pretendientes. Demostraría que a este ardiente deseo de notabilidad, que a este furor de sobresalir que nos mantiene en continua excitación, debemos lo que hay de mejor y peor entre los hombres, nuestras virtudes y nuestros vicios, nuestras ciencias y nuestros errores, nuestros conquistadores y filósofos; es decir, una multitud de cosas malas y un escaso número de buenas. Probaría, en fin, que si se ve a un puñado de poderosos y ricos en la cima de las grandezas y de la fortuna, mientras la muchedumbre se arrastra en la obscuridad y en la miseria, es porque los primeros no aprecian las cosas de que disfrutan sino porque los otros están privados de ellas, y que, sin cambiar de situación, dejarían de ser dichosos si el pueblo dejara de ser miserable." Jean-Jacques Rousseau - Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1754) (continúa en el primer comentario).

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09 septiembre, 2008

No matarás

"A los seres humanos les gusta matar, ya sea matarse entre ellos o matar en lo profundo del bosque, a un inocente ciervo de ojos brillantes, a un tigre que ha cobrado una presa de ganado; atropellan deliberadamente con el automóvil a una serpiente que se halla en el camino, arman una trampa y en ella caen un lobo o un coyote.

Personas bien vestidas salen riendo provistas de sus valiosas escopetas y matan pájaros que recientemente estaban llamándose unos a otros. Un muchacho mata con su carabina neumática a un parlanchín grajo azul y los mayores que lo rodean jamás tienen una palabra de compasión, no lo reprenden, por el contrario, elogian su buena puntería.

Matar por lo que llaman deporte, matar para comer, matar por el país de uno, matar por la paz. No hay mucha diferencia entre estas cosas. Justificarlas no es la respuesta. Solo hay una: no matar.

En occidente, pensamos que los animales existen para el bien de nuestros estómagos o para satisfacer nuestro placer de matar o para nuestros abrigos de piel. En oriente se ha enseñado durante siglos y todos los padres lo han repetido: no mates, sé piadoso, sé compasivo.

Aquí, consideran que los animales carecen de alma, de modo que pueden matárselos con impunidad, allá, consideran que los animales tienen alma, de modo que los estiman y dejan que sus corazones conozcan el amor.

Comer animales, pájaros, es visto aquí como algo normal, como una cosa natural aprobada por la iglesia y por los anuncios comerciales, allá no lo es, y las personas reflexivas, religiosas, por tradición y cultura no lo hacen, pero eso también se esta acabando rápidamente.

Aquí siempre hemos matado en el nombre de Dios y del país, y ahora eso ocurre en todas partes. La matanza se esta extendiendo, casi de la noche a la mañana las antiguas culturas son dejadas de lado, y se nutren cuidadosamente y se fortalecen la eficiencia, la crueldad y los medios de destrucción.

La paz no está en el político o en el sacerdote, ni con el abogado o el policía. La paz es un estado de la mente, un estado que existe cuando hay amor." Jiddhu Krishnamurti

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