17 julio, 2008

El principe Parshwanath y su respeto a todos los animales

"Una vez había un joven príncipe llamado Parshwanath, quien, a punto de casarse, se dirigía a la casa de su novia. Vio un cercado lleno de animales, todos apretujados, esperando para ser sacrificados. Conmocionado por los lamentos de los animales, el príncipe preguntó: -¿Por qué se mantiene a esos animales en condiciones tan crueles? -Sus ayudantes respondieron-: Son para la fiesta de tu boda.

El joven príncipe se sintió abrumado por la compasión. Al llegar a la cámara donde iba a celebrarse la boda, habló con el padre de la princesa: -Todos esos animales atrapados para ser sacrificados para la celebración de la boda deben ser inmediata e irremediablemente liberados -dijo-. ¿Por qué? -preguntó el padre-, las vidas de los animales existen para el placer de los humanos. Los animales son nuestros esclavos y nuestra carne. ¿Cómo puede haber fiesta sin carne?.

El principe Parshwanath quedó perplejo. No podía creer lo que acababa de escuchar. Exclamó: -Los animales tienen alma, tienen conciencia, son nuestros parientes, son nuestros ancestros. Desean vivir tanto como nosotros; tienen sentimientos y emociones. Sienten amor y pasiones; temen a la muerte tanto como nosotros. Su instinto por la vida no es menor que el nuestro. Su derecho a vivir es tan fundamental como el nuestro. Yo no me puedo casar, no puedo amar y no puedo disfrutar de la vida si hay animales esclavizados y sacrificados.


Sin más ceremonias rechazó los planes para la boda, salió de la cámara, dejó la vida cómoda de príncipe, y respondió a su llamada interior de salir y despertar a las masas adormecidas que han sido condicionadas para pensar de manera egoísta y matar animales para su propio placer y confort.





El reino animal dio la bienvenida a Parshwanath como el profeta de los débiles y los animales. Se acercaron a él. Los pájaros se sentaron sobre los árboles cercanos; los peces llegaron al rincón del lago donde Parshwanath estaba sentado. Elefantes, leones, zorros, conejos, ratas, insectos y hormigas le rindieron homenaje. Un día al ver a Parshwanath bajo la lluvia del monzón, el rey de las cobras se levanto sobre su cola y creó un paraguas con su enorme cabeza. Miles y miles de personas de las aldeas, pueblos y ciudades se sintieron conmovidos por las enseñanzas de Parshwanath. Renunciaron a comer carne y asumieron la labor de proteger a los animales. La princesa que iba a casarse con Parshwanath quedó tan inspirada que decidió permanecer soltera y dedicarse a cuidar de la paz con los animales, el propio rey sufrió una transformación. Anunció que todos los animales deberían ser respetados en su reino, y que no se permitiría la caza, la agresión o el cautiverio de los animales." Relato jainista extraido del libro Tú eres, luego yo soy (Satish Kumar, 2006)

Más información sobre la historia en los comentarios.

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Blogger zen dice lo siguiente:

La no violencia es común a las cuatro grandes religiones que se originaron en India: hindú, budista, sikh y jainista. sin embargo, los jainistas prestan mucha más atención a la compasión hacia los animales. Ser jainista es sinónimo de ser vegetariano.

Según los eruditos jainistas, existen 8,4 millones de especies sobre la tierra (..) los seres humanos son sólo una de esas 8,4 millones de especies. No tienen más derechos que cualquier otra especie. Todos los seres vivos, humanos o no, tienen el mismo derecho a la vida...

Gurudev nos relató una historia que ejemplifica la actitud jainista hacia los animales.


(AQUI VA LA HISTORIA)


Parshwanath fue el vigésimo tercer Gran Libertador (tirthankara) de los animales y de los humanos en la tradición jainista. El vigésimo cuarto fue Mahavir, que vivió hace 2600 años. Todos los veinticuatro Grandes Libertadores tienen un animal asociado a ellos, lo que simboliza que en las enseñanzas jainistas el lugar de los animales es central. El amor no es amor si no incluye el amor por los animales. ¿Qué clase de compasión será aquella que adora la vida humana, pero ignora el sacrificio de animales?.

La división entre seres humanos y animales, y situar los intereses de los humanos antes que los intereses de los animales, es el principio del seccionalismo, del racismo, del nacionalismo, de la discriminación entre clases y de castas, y por cierto, del especismo.
Este mismo modo de pensar, que esclaviza a los animales, esclaviza a los humanos en nombre de los intereses propios, del interés nacional y de otros estrechos e innumerables intereses. Por eso, nosotros, los jainistas, abogamos por una reverencia incondicional e inequívoca hacia toda la vida.


Extraido del libro "Tú eres, luego yo soy" de Satish Kumar (2006)

jueves, julio 17, 2008 3:43:00 a. m.  

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