24 agosto, 2008

El cielo y el infierno

Un enorme y rudo samurai fue una vez a ver a un pequeño monje, con la esperanza de obtener los secretos del universo.

Monje -le dijo, en un tono de voz acostumbrado a la obediencia instantánea-, enséñame acerca del cielo y el infierno. -El pequeño monje miró al poderoso guerrero en silencio. Después de un momento, le espetó con desdén-: ¿Enseñarte a ti acerca del cielo y el infierno? No podría enseñarte acerca de nada. Eres sucio, hueles mal, tu espada es rústica. Eres una desgracia, la verguenza de los samurai. ¡Fuera de mi vista! ¡No te soporto! -El samurai se enfureció. Su ira era tal que empezó a temblar. Su rostro enrojeció, quedó mudo de furia. Rápidamente sacó su espada y la elevó por sobre su cabeza, amenazante, preparándose para asestarla al monje.

Eso es el infierno -dijo el pequeño monje suavemente.

El samurai se sintió sobrecogido. Estupefacto. ¡Qué compasión y sumisión la de este pequeño hombre que había ofrecido su vida para darle a él esta enseñanza sobre el infierno! Lentamente bajó su espada, lleno de gratitud, y por razones que no pudo explicarse, su corazón se llenó repentinamente de paz.

Y eso, es el cielo -dijo el monje dulcemente.

Autor desconocido.

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ENTRADA CON 4 COMENTARIOS

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Blogger hadanevada dice lo siguiente:

Hola, que tal? Me ha gustado mucho este post, muy interesante, corto pero intenso, en muy pocas palabras, mucha enseñanza encerrada.
me gustan estos cuentos-leyendas, te dan que pensar, un saludito y hasta la próxima.

martes, agosto 26, 2008 1:00:00 a. m.  

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Blogger zen dice lo siguiente:

Hola hadanevada, me alegro que te haya gustado :), a mi también me gustó mucho, por eso lo puse en el blog. Creo que como dices, el relato guarda mucho concepto encerrado, yo encuentro que sería el siguiente:

Cielo e infierno son estados mentales a los que se llega mediante el bien, representado éste por lo humano: amor, compasión, etc.. o mediante el mal, representado éste por lo inhumano: odio, envidia, etc.. respectivamente.

Me parece bastante lógico, y además estos estados mentales tienen unas consecuencias en el mundo físico: violencia/guerra y amor/paz.

Saludos!

martes, agosto 26, 2008 9:21:00 a. m.  

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Blogger @ngelito dice lo siguiente:

Tu siempre ensenándonos algo nuevo como de costumbre. Me ha gustado mucho el cuento, lleno de sabiduría. Tomemos nota.... un beso.

miércoles, agosto 27, 2008 12:49:00 p. m.  

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Blogger zen dice lo siguiente:

Me alegro que te guste a tí también @ngelito, es cuento es bueno porque da una visión diferente sobre el cielo y el infierno. He estado pensando que en el caso de alguien muy rico inundado de lujo parecería que el estuviera en el cielo pero eso no sería el cielo sino lo que hay en su mente y si su vida está basada en lo material de sus riquezas tal vez eso sea motivo para que en lo que son las relaciones con los demás algo falle y entonces no pueda alcanzar el cielo al no estar mentalmente preparados para ello. La Biblia, por ejemplo, dice lo siguiente (que conste que siempre desconfío de un libro que creo que fue distorsionado pero en el que en ocasones encuentro algunas cosas con las que estoy de acuerdo):

"19:16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? 19:17 El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. 19:18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19:19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 19:20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 19:21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. 19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 19:23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 19:24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 19:25 Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 19:26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible. 19:27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 19:28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 19:29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 19:30 Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros." Mateo.

La verdad que abandonar todo da miedo, sería algo así como ser un vagabundo ¿no? Tal vez eso fuera más fácil en otra época. Intento poco a poco estar cada vez menos atado a menos cosas. Los ascetas cristianos buscaban la unión con Dios y tal vez con eso llegaban al cielo, en la wikipedia explican como lo intentaban:

En la primitiva religión cristiana católica, el ascetismo sirvió a los llamados Padres del yermo o de la Tebaida para alcanzar una unión más perfecta con Dios alejándose de cualquier contacto con lo profano por medio de una vida de privaciones, penitencia y oración por la que optaron algunos monjes, eremitas y anacoretas como Antonio Abad. Podía seguirse en comunidad, rigiéndose por una regla escrita o normas de disciplina monástica, o en soledad, con una vida apartada del trato humano y en contacto con la naturaleza, en cuevas, montañas, desiertos, ermitas abandonadas o incluso, como el padre del yermo San Simón el Estilita, en lo alto de una columna para apartarse de la tentación. Los monjes y monjas deseaban "limpiar su espíritu de pecado y acercarse a Dios, con el deseo de que éste acceda a unirse con el alma de su sirviente". Es lo que se llama unión mística o éxtasis).

El procedimiento para acercarse a Dios, tal como lo expuso el cartujo fray Bernardo Fontova en su Tratado de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva, constaba en general de dos vías, purgativa e iluminativa, de acercamiento a Dios, y de una tercera, la unitiva, que no era en realidad tal, puesto que se daba ya una vez realizada la unión mística.

La vía purgativa consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la Cruz. Es la vía de la penitencia en donde el alma se libera de todos sus pecados.

Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas.

El apetito como tal no tiene por qué ser malo pero sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos.

La vía iluminativa comienza donde termina la anterior. El alma se halla ya limpia y en un desamparo y angustia interior inmensos, arrojada a lo que es por sí sola sin el contacto de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar todo tipo de tentaciones y seguir la luz de la fe confiando en ella y sin engañarse mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues la decisión corresponde a Él. El alma ha de dar lo que san Juan de la Cruz llamó un "ciego y oscuro salto", del que sólo la puede rescatar Dios mismo, si Él quiere.

La vía unitiva es el éxtasis místico: Dios se une a su criatura y le revela un conocimiento y un placer sin límites. Puede manifestarse con los llamados estigmas o llagas sagradas, las heridas que sufrió Cristo en la cruz, con fenómenos de levitación del santo y bilocación, es decir, encontrarse en varios lugares al mismo tiempo. El santo, porque ya lo es al sufrir este tipo de unión, no puede describir sino sólo aproximadamente lo que le ha pasado, porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia inefable.


http://es.wikipedia.org/wiki/Ascetismo

¿Qué tendrá esto de cierto?.. ¿guardará alguna relación con el relato que dejé?.. ¿qué sentido tiene la vida humana?.. ¿estamos diseñados para llegar a ese estado mental llamado cielo?... ¿qué nos puede impedir llegar a él?... ¿cómo sabemos si estamos realmente en ese supuesto estado mental llamado cielo o nos estamos engañando de ello con falsos pensamientos?.. ¿cielo es felicidad... si es así ¿existe la felicidad total o sólo la puntual?.. ¿cuanto depende nuestra felicidad de la de los demás?... tengo muchas dudas pero pocas respuestas, tal vez con el paso de los años se vayan contestando, espero que nunca me engañe a mí mismo y me crea cosas falsas.

Gracias por vuestros comentarios. Se agradece cualquier aporte sobre el tema.

miércoles, agosto 27, 2008 10:14:00 p. m.  

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